Arroz, lentejas, ruda, monedas y todo lo que entre en ese paquetito que solía preparar mi abuela, lo hace mi tía y mi mamá para todos siempre al recibir el año nuevo. Les cuento esto por que hacía cuatro días que llevaba sin celular, sin  andar pendiente de la mensajería instantánea, del sonido del ring ring, casi desconectada, casi casi por que tengo la compu y la revisaba de cuando en vez y eso! Por unos días sentí que en realidad no hacia tanta falta mi teléfono inteligente, que igual podía sobrevivir.

Hasta que llegó el día que tomé las fuerzas por que encima caí mal y llevé el teléfono a que me lo repusieran, por que, joven oiga usted, cómo es posible que tenga apenas un mes y no pueda conectar el cargador? seguro es un error de fábrica, sírvase usted revisarlo... (lo dije amablemente) grande fue mi sorpresa y la de mi esposo que un grano de arroz sería el culpable; si, ese diminuto grano de arroz había entrado en el lugar donde se conectaba, razón por la que no lograba encajar el cargador y nosotros dale que lo forzábamos.

Cómo fue a parar un grano de arroz allí adentro? esta humilde servidora, es de las que guarda en su cartera (solo una) ese puñadito de amuleto, el cual obviamente se me había derramado y efectivamente los granos estaban regados dentro.