"La palabra convence pero el ejemplo arrastra. No te preocupes porque tus hijos no te escuchan, te observan todo el día"
María Teresa de Calcuta.
Muchas veces me hice esta pregunta, aún después de poner en práctica y actuar con el corazón con mis hijos, la paciencia, esa que a veces demora en tocar la puerta, se manifiesta tardía y es entonces cuando volvemos a preguntarnos si llegará a ser posible.
Ante todo creo firmemente que somos el espejo de nuestros hijos, es decir la mayoría de nuestros actos se veen reflejados en ellos, a veces sin pensarlo actuamos de una u otra manera y los chicos toman lo que veen de nosotros, somos el modelo de conducta a seguir mas cercano que tienen.
Hace poco estuve en una charla en el colegio de mis hijos, donde nos hablaban sobre educar desde el amor y es la filosofía de vida con la que me acoplo, no se trata de ser permisivos pero tampoco autoritarios (imagino que son términos que ya como padres habrán escuchado]) encontrar el equilibrio y transmitirlo a nuestros hijos puede ser un constante aprendizaje y la vida está para eso para enseñarnos a dar lo mejor de nosotros y para aprender en el camino.
Estos son algunos puntos que rescato:
- Cada hogar debe tener sus normas, en niños pequeños muchas veces decirlas con la boca no funciona mucho, pero si todos colaboran en diseñarlas y comprometerse a cumplirlas colocandolas en un lugar visible serán mas claras y estarán al alcanze y visibilidad de todos.
- Al momento de tomar una decisión debemos mantenernos firmes, si nos dejamos influenciar y ceder perderemos credibilidad en nuestros actos.
- Algunas veces mis hijos solo atinaban a llorar y no expresaban con palabras lo que sentían, ponerle una palabra a sus sentimientos viene bien tanto a ellos como a nosotros para poder entenderlos.
- Somos padres, prediquemos con el ejemplo; estas triste? manifiéstaselo. Estas feliz? exprésalo! Alguna vez cuando una lagrimilla a salido de mis ojos ellos me preguntaron que pasaba, solía esconderlo diciendo que nada, que un mosquito había entrado y no me daba cuenta que yo misma cerraba la oportunidad de comunicarles a ellos lo que sentía tan solo por pensar que no entenderían, son pequeños pero lo captan todo, te imaginas de qué manera pides que te cuenten sus problemas cuando no eres capaz de ser sincera con ellos mismos?
- Los niños en general son expertos en hacer berrinches cuando no tienen la atención que necesitan, cuando quieren conseguir algo; entonces debemos hacerles entender que la mejor manera de expresarlo no es usando ese comportamiento, el diálogo como en los mayores es la salida mas factible para resolver cualquier discrepancia, un camino que con paciencia sabrán ponerlo en práctica ambos.
Podemos ser amables incluso al corregir, manteniéndonos seguros, firmes y a su vez calmados, un "Te quiero mucho pero ese comportamiento no es el adecuado" muchas veces refuerza mas que una palmada o unos gritos.
Debo aclarar que no soy psicóloga, lo que lees nace de mis vivencias y pueden ser tan válidas o discrepantes como tus propios puntos de vista.
Un beso grande y que la fuerza y el amor nos acompañen.
1 comentarios
La verdad es que a veces resulta complicado no perder la paciencia pero hay que intentarlo siempre.
ResponderBorrarSi nosotros, como adultos, perdemos el control, como podemos pretender que ellos no lo hagan... Así que ¡a poner todo de nuestra parte! ¡todo el cariño del mundo y paciencia a raudales!
¡Un besote guapa!